Un proyecto tiene que estar continuamente seguido y controlado. Puede tener pequeñas variaciones inapreciables y no ser válidas para la propiedad.
En PROMAP, este proceso es el que nos va a permitir medir las variaciones, ejecutar las acciones correctivas y comunicarlo a las partes interesadas.
Los cambios son casi inevitables, por ello tendremos “el control integrado de cambios” para que cada vez que se produzca uno, este sea analizado y si procede aprobado y comunicado a todos los interesados.
Validar que el alcance se realiza en tiempo, coste y con la calidad exigida es el fin del seguimiento y control. Además tendremos que informar del rendimiento de los trabajos, controlar los riesgos y las adquisiciones.